Va a culminando laboralmente nuestra semana y contemplar un nuevo amanecer es la motivación, que tú no sigues regalando; lo recibimos con salud y bienestar y, sobre todo, con una esperanza grande de saber que vamos a nuestro descanso de fin de semana y vamos reflexionando lo que han sido nuestras labores realizadas, según tu voluntad. Hoy podemos decir que lo mucho o poco que hemos realizado ha sido satisfactorio para cada uno de nosotros; hemos recibido y llevado buenas noticias, otras no han sido tan buenas, pero sabemos que en todas las noticias tú manifiestas tu misericordia y tu bondad. Gracias, Señor, por darnos la ocasión de retomar fuerzas e iniciar nuestras labores colocados en tus manos.
Hoy en tu palabra nos manifiestas tu tristeza por estas ciudades a las que tú miraste con mucho cariño y en las que hiciste muchos de los milagros y palabras recibidas, pero al igual que nosotros, estas ciudades endurecieron el corazón. Te pedimos perdón por todas las veces en que los oídos de nuestro corazón no escuchan tu palabra y pensamos hacer nuestra voluntad y no seguir el camino que tú nos vas señalando, pero este es el momento de amar de servir en fraternidad y solidaridad. Queremos acogerte en nuestros corazones; no permitas que tus mismas palabras: «el que me rechaza a mí rechaza al que me ha enviado», sean motivo de tristeza en tu corazón; que te podamos acoger, cumpliendo tu voluntad y la voluntad del Padre celestial.
Un muy feliz viernes de obediencia y acogida a tu palabra. Amén.
ORACIÓN
Señor, tu Palabra me llama a la conversión sincera. Tú no hablas en vano, tus advertencias son muestra de tu amor que quiere librarme de la tibieza y del egoísmo que tantas veces me atrapan. Quiero abrir mi corazón y reconocer que sin Ti no puedo dar fruto, que necesito de tu gracia para perseverar en medio de las pruebas y para caminar con paso firme hacia tu Reino. Amén.
Reflexión escrita por Juan Lara, miembro de Vivir en Cristo
El Evangelio de hoy nos muestra a Jesús haciendo una dura advertencia sobre las consecuencias que puede llegar a tener el rechazo o la indiferencia al mensaje de salvación. Jesús veía que la gente, a pesar de tenerlo junto a ellos y habiendo visto los milagros que hacía, seguía con una actitud de indiferencia y de incredulidad.
Aunque escuchaban sus palabras y se admiraban de lo que hacía, seguían sin entender que era necesario cambiar de dirección para tomar el camino que los llevara a la conversión. Solo unos cuantos, además de sus discípulos, realmente aceptaban de corazón la Buena Nueva, aunque seguramente no lo entendían bien.
Prepárate, da un buen testimonio para que los demás conozcan a Jesús, asegúrate de estar respondiendo con tu vida a la Palabra de Dios y a los milagros que Él ha hecho en ti. Vive una constante vida de conversión, haciendo todos los días un adecuado examen de conciencia, pidiendo a Dios que te ayude a ver lo que debes corregir y mejorar en tu vida, buscando diariamente vivir en santidad.
Pensamientos para el Evangelio de hoy (evangeli.net)
* «Es cierto que nuestra fe no es palpable y que no depende de los sentidos. Es un don de Dios que Él infunde en el alma humilde, porque la fe no habita en quien está lleno de orgullo» (san Francisco de Sales)
* «Solamente la Palabra de Dios, la Palabra de Jesús, nos salva» (Francisco).
* «La penitencia interior es una reorientación radical de toda la vida, un retorno, una conversión a Dios con todo nuestro corazón, una ruptura con el pecado, una aversión del mal, con repugnancia hacia las malas acciones (…)» (Catecismo de la Iglesia Católica, n.º 1431).
Pregunta:
¿En qué momentos de mi vida he visto la gracia de Dios y, sin embargo, no he respondido con verdadera conversión?
Cita bíblica del día.
"Hoy, si escuchan su voz, no endurezcan sus corazones" (Salmo 95,7-8)