Salimos de la noche y estrenamos la aurora. Van pasando las sombras y nos ilumina la luz del sol. Al iniciar nuestras labores, te pedimos lo hagamos en confianza, humildad y sencillez y seguir la senda que nos trazas.
Danos fortaleza en medio de las debilidades ya que estamos divididos, porque tomamos nuestras opciones como algo individual o nos consideramos como los únicos propietarios de la verdad.
Danos el sentido fraterno y la humildad de aceptar y apreciar siempre a los otros como nuestros hermanos. Que respetemos sus ideas o su fe sin avergonzarnos de nuestra propia fe fundamentada en ti.
Hoy te pedimos que podamos vivir recordando las PALABRAS que ya están en nuestro corazón, grabadas a fuego, aquellas que nos hemos atrevido a poner en práctica.
Ayúdanos a mirar nuestro interior. Y, si adviertes que nuestro corazón es pobre en Palabras, te pedimos que lo hagas receptivo como el de María, que supo acoger la Palabra y la hizo vida. Que Ella sea nuestra guía en la oración.
Si queremos que nuestra vida se tambalee, pierda pie y llegue a hundirse, sabemos el camino: escucharte y no hacerte caso. Es edificar sobre arena. Si queremos mantenernos en pie, con luz y sentido ante los acontecimientos de la vida, ante fuertes lluvias y vientos impetuosos, no tenemos más que escucharte y poner en práctica lo que nos dices. Gracias por darnos tu palabra y darnos la ocasión de poder estar cimentados sobre roca firme.
Que sea un muy firme, sólido y vocacional jueves.
Pensamientos para el Evangelio de hoy (https://evangeli.net/evangelio)
* «No hagamos torres sin fundamento, que el Señor no mira tanto la grandeza de las obras como el amor con que se hacen» (santa Teresa de Jesús).
* «En la historia sagrada tenemos numerosos ejemplos de santos que han edificado su vida sobre la Palabra de Dios. Estar arraigados en Cristo significa responder concretamente a la llamada de Dios, fiándose de Él y poniendo en práctica su Palabra» (Benedicto XVI).
* «Más allá de sus preceptos, la Ley Nueva contiene los consejos evangélicos. ‘La santidad de la Iglesia también se fomenta de manera especial con los múltiples consejos que el Señor propone en el Evangelio a sus discípulos para que los practiquen’ (Concilio Vaticano II)» (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1986).