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19-may.-2024, domingo de Pentecostés

Domingo de Pentecostés

Hoy te damos gracias por el don de la vida y ante todo por el don del Espíritu Santo. El Espíritu de Dios invade de repente nuestro mundo. En el libro de los Hechos se cuenta que el Espíritu se hizo presente como viento y como fuego. Viento y fuego son fenómenos naturales que, desatados a su propia dinámica, pueden llegar a ser amenazadores. Pero en este día simbolizan una destrucción y un renacimiento. Hoy te damos gracias, Señor, porque se produce un auténtico “bautismo de fuego”, una real transformación. Algo muere en nosotros y algo nace. Lo nuevo es diferente. Es consecuencia de la acción del Espíritu. El paso del Espíritu por nuestras vidas ha de traer consecuencias inmediatas para nosotros igual que las tuvo para tus discípulos. Si hasta entonces habían estado encerrados, ahora abren las puertas y las ventanas. Aquel encerramiento denotaba una falta de comunicación. Ahora la comunicación se produce con una abundancia y claridad porque ahora se habla el lenguaje del amor.

Hoy celebramos que el Espíritu sigue llegando a nuestros corazones y que nos hace una sola familia con una misión: seguir anunciando tu buena nueva; sentimos en nosotros la llama y el viento del Espíritu que nos libera, nos envía y debemos dejarnos iluminar para comunicar que el Padre nos ama como verdaderos hijos. El Espíritu Santo completa tu obra en nosotros, y, a través de nosotros, en nuestros hermanos. Al igual que los apóstoles, también nosotros hemos recibido el mandato de romper y abandonar nuestros muros cercados y llevar sanación y paz. Gracias, Señor, por darnos tu Espíritu Santo. Fortalécenos, ilumínanos y santifícanos. Danos la gracia de tu amor y tu bondad. Espíritu Santo ven a nuestros corazones.

Con María Nuestra Madre recibamos nuestra santificación y veamos a nuestros hermanos con los ojos de Dios. Danos la gracia de pedir bondadosamente los dones del Espíritu para que fortalecidos en docilidad nuestro corazón palpite de alegría para poder decir: Espíritu Santo ilumínanos y santifícanos. Amén. 

Feliz y santificador domingo, lleno de sus dones.

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda, pbro.