Último día laboral para muchos de nosotros y que, por tu bondad, esperamos vivirlo sirviendo y amando, siendo solidarios y fraternos con nuestros hermanos.
Gracias porque tenemos la seguridad de que Tú eres el camino que nos conduce al Padre y a los hermanos. Tu verdad, que es Buena Nueva de amor y de esperanza, y tu vida entregada por nosotros nos ayuden a descubrir el camino del amor, la comprensión y la unidad.
Que seamos proclamadores de felicidad con nuestros hermanos y tengamos la confianza en tus palabras a los discípulos: «No se turbe vuestro corazón, creed en Dios y creed también en mí». Gracias, Señor, por estar cerca de nosotros e inspirarnos, porque nuestra vida carecería de sentido si no estuviera enfocada hacia el camino que nos marcas. Nuestras palabras sean esperanzadoras, nuestras manos sean apoyo y nuestra mirada sea tu mirada para encontrar tu amor en nuestros hermanos. Amén.
Un muy feliz y santo viernes.
Meditación del Papa Francisco
Hoy me quiero centrar en la acción que el Espíritu Santo realiza en la guía de la Iglesia y de cada uno de nosotros a la Verdad. Jesús mismo dice a sus discípulos: el Espíritu Santo «les guiará en toda la verdad», siendo él mismo «el Espíritu de la Verdad».
Vivimos en una época en la que se es más bien escéptico con respecto a la verdad. Benedicto XVI ha hablado muchas veces de relativismo, es decir, la tendencia a creer que no hay nada definitivo, y a pensar que la verdad está dada por el consenso general o por lo que nosotros queremos. Surge la pregunta: ¿existe realmente «la» verdad? ¿Qué es «la» verdad? ¿Podemos conocerla? ¿Podemos encontrarla? Aquí me viene a la memoria la pregunta del procurador romano Poncio Pilato cuando Jesús le revela el sentido profundo de su misión: «¿Qué es la verdad?». Pilato no llega a entender que «la» Verdad está frente a él, no es capaz de ver en Jesús el rostro de la verdad, que es el rostro de Dios. Y, sin embargo, Jesús es esto: la Verdad, la cual, en la plenitud de los tiempos, «se hizo carne», que vino entre nosotros para que la conociéramos. La verdad no se aferra como una cosa, la verdad se encuentra. No es una posesión, es un encuentro con una Persona. (S.S. Francisco, catequesis del 15 de mayo de 2013)